6.7.10


El último noviembre de la preparatoria Andrés no paró de viajar, Querétaro (Aquí las fotos), después Tuxtla, donde por cierto, asistió a un concierto de Sabina en la compañía única de papá, lo cuál cabe admitir que fue un suceso totalmente fuera de serie y al día siguiente, se fue a San Cristóbal de las Casas por una semana.

Apenas salía del Taller Leñateros, pasó un alemán, ataviado con prendas tradicionales, tenía el cabello largo hasta la cintura, rubio y apelmazado por la humedad, en una mano llevaba un cigarrillo sin filtro, caminaba como caminan los que lo único que saben es que tienen que caminar y curiosamente, iba descalzo por esas calles de lajas antiguas.

Instantaneamente sintió la mano de su madre recorrerle el hombro, aplicar presión y escuchó salir de su boca fría "Ni lo pienses". Más tarde, durante la cena, Andrés no paró de insisitir "Estoy en un momento de mi vida en que no sé qué quiero hacer ¿Por qué no me vengo unos meses a San Cristóbal en lo que pienso", la respuesta fue no.

La ventana del MSN no deja de sonar, el cuento termina así, una noche, tres años después, Andrés se decidió a recorrer esas calles una vez más, buscándose a si mismo. Y ahora mismo se encuentra cotizando hoteles


Mata a un gatito